Aragón vuelve a situarse en el mapa gastronómico nacional con la presencia de tres establecimientos en la gran final del XXI Concurso Nacional de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid, que se celebrará del 10 al 12 de noviembre. Entre las más de 390 propuestas recibidas de toda España, tres creaciones con sello aragonés han logrado hacerse un hueco entre las 46 finalistas.
La Bocca representará a Zaragoza con la tapa “HAMBRE”
Zaragoza estará representada por el restaurante La Bocca, que competirá con una tapa llamada “HAMBRE”, una propuesta conceptual inspirada en la posguerra. Según explican desde el establecimiento, el plato rinde homenaje “a aquellas mujeres que, cuando no había nada, lo inventaban todo, transformando la oreja en el mejor hojaldre”.
Esta creación busca emocionar al jurado uniendo tradición, ingenio y memoria gastronómica, y situará a La Bocca como la única representante de Zaragoza en la final vallisoletana. El restaurante, ubicado en el corazón de la capital aragonesa, invita además a los comensales a descubrir su cocina durante los días previos al certamen y a seguir su participación a través de redes sociales.
Dos propuestas de Huesca completan la representación aragonesa
La provincia de Huesca aporta dos finalistas que reflejan la diversidad y el talento culinario del territorio.
- El Hostal Restaurante El Portal, de Alcolea de Cinca, participará con “Paquita la del Monte”, una tapa que reivindica los sabores de la tierra con una presentación creativa.
- Por su parte, el establecimiento Canfranc Express, de Canfranc, competirá con la propuesta “365 Ventanas Tiene mi Año”, elaborada por el cocinero Ariel Munguia Martínez, que fusiona inspiración pirenaica y técnica contemporánea.
Ambas creaciones se medirán en Valladolid con las mejores propuestas del país en una final donde se valorará la originalidad, la presentación, el sabor y la capacidad de reinterpretar el espíritu de la tapa española.
Valladolid, capital de la tapa
El Concurso Nacional de Pinchos y Tapas, que alcanza su vigésimo primera edición, es considerado la cita más importante del país dedicada al formato tapa. Durante tres días, Valladolid se convierte en epicentro gastronómico y punto de encuentro de cocineros, críticos y amantes de la cocina en miniatura.
Con la participación aragonesa, la comunidad reafirma su vocación creativa y su creciente peso en la escena culinaria nacional, demostrando que la tapa sigue siendo una de las expresiones más vivas y versátiles de la gastronomía española.


