REFLEXIONES DEL SOCIO LAUREADO DEL REAL ZARAGOZA NÚMERO 95, DESDE SU LOCALIDAD DE «LA ROMAREDA».
Partido de dominio territorial del Sporting pero ineficaz, ya que inquietaron la defensa zaragocista poco, aunque estrellaron un balón en el larguero.
La cobertura local, con la táctica de cinco defensas que ha impuesto el Sr. Velázquez, parece que se está ajustando y de nuevo ha mantenido su puerta impoluta; destacando la eficacia, el buen hacer y la calidad técnica de Francés, muy bien secundado en el lateral izquierdo por Mollejo, que está en un gran momento de forma con su velocidad de carrilero, efectividad y lucha constante. Los otros dos centrales (Mouriño y Lluis López) cumplieron acertadamente. En el centro del campo, volvió Francho a destacar, con sus pulmones de acero y brega constante. Guti, hasta su lesión (que esperemos que no sea grave), anduvo correcto y dio otro aire a la línea. Moya, sigue inédito.
Adelante, la eficacia de Maikel Mesa, que sigue goleando y la brega de Azón.
No me pronuncio al respecto del nuevo lateral derecho argelino, porque merece que se le dé la prerrogativa de que se adapte al equipo.
El Sporting de Gijón, de medio campo para arriba bien, aunque tienen sequía goleadora. Su hándicap fue su defensa que cometió, como ahora se dice, fallos groseros. En el último cuarto de hora pudieron encajar un goleada.
En definitiva, aunque la táctica del Señor Velazquez no es de las que convencen a los que somos amantes del buen fútbol por su conservadurismo, y hoy parece que jugábamos en El Molinón, en lugar de en La Romareda, por lo menos sirve para ir escalando puestos.
Sigo opinando que la calidad de la plantilla, con algunas de las excepciones comentadas es mediocre y sigo con mi escepticismo con respecto al premio del ascenso final. De cualquier forma, me gustaría equivocarme, ya que mi sentimiento zaragocista es, por lo menos, tan fuerte como el de esos pipiolos aficionados que hoy han cantado el himno, desentonados pero con fruición.
