El Papa Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio, ha fallecido este lunes 21 de abril de 2025 a las 7:35 horas en su residencia del Vaticano, la Domus Sanctae Marthae, a los 88 años de edad. La noticia fue confirmada oficialmente por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Santa Sede, en una declaración televisada desde la capilla de la Casa Santa Marta.
La salud del pontífice se había deteriorado en los últimos meses debido a una neumonía bilateral, enfermedad que requirió su hospitalización durante 37 días en el Policlínico Gemelli de Roma. A pesar de recibir el alta el pasado 23 de marzo, su estado continuó siendo delicado. Su última aparición pública fue el domingo 20 de abril, durante la misa de Pascua en la Plaza de San Pedro, donde impartió la bendición Urbi et Orbi visiblemente debilitado.
Tras su fallecimiento, la Santa Sede ha anunciado que el cuerpo del Papa será trasladado a la Basílica de San Pedro el miércoles 23 de abril, para que los fieles puedan rendirle homenaje. Se espera una gran afluencia de personas en la plaza vaticana, mientras líderes de todo el mundo expresan su pesar por la pérdida del pontífice. Argentina ha decretado siete días de luto nacional, y España, tres.
El Papa Francisco será recordado por su cercanía con los más vulnerables, su compromiso con los inmigrantes y su firme condena a las guerras y al cambio climático. El rey Felipe VI de España destacó su espíritu de consenso por un mundo más justo.
Con la muerte del Papa Francisco, se inicia un periodo de sede vacante en la Iglesia Católica, durante el cual el Colegio Cardenalicio se encargará de la administración de la Iglesia y de la organización del cónclave para elegir al nuevo pontífice.
Tras el fallecimiento del Papa Francisco, se activa el proceso de elección de su sucesor mediante el tradicional cónclave, que se llevará a cabo en la Capilla Sixtina del Vaticano.
¿Cómo se elige al nuevo Papa?
El cónclave es una reunión del Colegio Cardenalicio, compuesto por cardenales menores de 80 años, quienes se encierran en la Capilla Sixtina bajo estrictas normas de secreto. Durante el cónclave, se realizan hasta cuatro votaciones diarias, y para que un candidato sea elegido, debe obtener una mayoría de dos tercios de los votos de los cardenales presentes.
El proceso comienza con una misa solemne, seguida de oraciones y cánticos en la Capilla Paolina para invocar al Espíritu Santo. Los cardenales, alojados en la Casa de Santa Marta, son trasladados a la Capilla Sixtina para las votaciones, donde escriben en secreto el nombre de su candidato en una papeleta y la depositan en una urna.
Después de cada votación, las papeletas se queman. El color del humo que sale de la chimenea de la Capilla Sixtina indica el resultado: negro si no hay elección y blanco si se ha elegido un nuevo Papa.
Una vez que un candidato obtiene la mayoría requerida, se le pregunta si acepta el cargo y qué nombre papal desea adoptar. El nuevo Papa se viste con las vestimentas papales en la llamada «Sala de las Lágrimas» y es presentado al mundo desde el balcón de la Basílica de San Pedro con el anuncio tradicional: «Habemus Papam» .
Este proceso, vigente desde hace siglos, asegura una transición ordenada en el liderazgo de la Iglesia Católica.