En una conversación profunda y llena de reflexiones, el bailarín y coreógrafo Miguel Ángel Berna visitó los estudios de Onda Aragonesa para hablar de su gala de danza española en el Teatro Principal, un evento que no solo celebra una trayectoria de más de 40 años, sino que también sirve como antesala del preestreno del documental «Allá va la despedida».
Berna, con su inconfundible tono pausado pero apasionado, compartió su visión del arte como un acto terapéutico. «Cuando hay buena energía, las cosas funcionan», afirmaba sobre el trabajo colectivo con artistas como Olga Pericet, Marco Flores, Maite Bajo y La Lupi. En ese clima de armonía, el escenario se convierte en un espejo emocional para el público y el propio intérprete.
El bailarín zaragozano reivindicó el valor del espectáculo más allá del mero entretenimiento. “No es solo arte para pasar el rato. Es un espejo que refleja emociones, verdades, dolores y alegrías. Somos terapeutas del alma”. También defendió el poder del teatro y la danza como una herramienta para detener el tiempo, invitar a la reflexión y remover conciencias.
Durante la entrevista, Berna reveló detalles del documental que retrata su carrera desde sus inicios hasta el año 2000. “Muchos creen que rompí con la tradición de repente, pero hay una parte oscura, no porque sea fea, sino porque no se conoce. Vengo del folclore, de la Jota, y desde ahí comencé este viaje interior”.
Ese viaje, que él denomina «el viaje del héroe», ha estado marcado por la necesidad de salir de la zona de confort. “Romper con lo establecido es doloroso, pero necesario para encontrar la luz. Lo complicado es que ese proceso debe vivirlo cada uno. No puedes mostrarle el color a quien solo ha visto en blanco y negro”.
Crítico con la falta de evolución de la Jota y su desconexión con las nuevas generaciones, Berna lamentó que no se haya sabido tender un puente entre la tradición y la modernidad: “La Jota fue en su tiempo lo que hoy es el rap o el hip-hop: una forma de expresar, de conectar, de vivir”. Añadió que, sin un trabajo de fondo, sin música adaptada a los tiempos actuales, es difícil que esta tradición reviva con fuerza.
Para él, el gran error ha sido conservar la Jota como un objeto de museo en lugar de mantenerla viva en las calles: “Echo de menos haber bailado con mi gente en la calle. He actuado siempre en escenarios. El pueblo ya no baila como antes. Y eso genera frustración, porque se pierde una identidad que podría hacernos más felices”.
En un momento de la charla, Berna fue claro sobre la necesidad de adaptación cultural: “No se trata de mezclar por mezclar, sino de evolucionar con sentido, con respeto y con tiempo”. Y concluyó con una reflexión que define su esencia artística: “Somos cuerpos que desean volar. Pero para volar primero hay que atreverse a salir de uno mismo”.
La gala en el Teatro Principal podrá disfrutarse hasta el 23 de abril, y promete ser no solo un espectáculo de danza, sino una experiencia emocional e introspectiva. Como él mismo asegura, “cuando el arte conecta, el alma sonríe”.
Escucha toda la entrevista en nuestro podcast: https://go.ivoox.com/rf/145312565
