La provincia de Zaragoza se convierte este verano en un escenario vibrante donde la música, el patrimonio, el turismo y el termalismo se entrelazan para dar vida a una experiencia cultural única. Con el agua como elemento conductor y símbolo ancestral de vida, las localidades que acogen balnearios se llenan de sonidos, emociones y encuentros inolvidables.
Este festival —cuyos orígenes remiten a la música descriptiva del Romanticismo y el Impresionismo— propone un recorrido musical por obras inspiradas en el agua, desde Debussy y Ravel hasta Chaikovski y Smetana. Pero también es una celebración viva, con artistas contemporáneos que acercan la música a todos los públicos en formatos íntimos, accesibles y profundamente humanos.
De lo clásico a lo popular, con alma aragonesa
Desde las sonatas de Scarlatti hasta los ritmos populares del Pirineo, el festival pone en valor tanto la tradición como la modernidad. La Ronda de Boltaña, referente musical del Sobrarbe, llevará sus pasodobles, mazurkas y temas propios que ya forman parte del imaginario colectivo aragonés.
The Kleejoss Band celebra su décimo aniversario manteniendo su potente directo y fidelidad al rock con identidad, mientras artistas como María de la Flor aportan una delicada fusión de folk ibérico y poesía sonora, evocando a referentes como Silvia Pérez Cruz.
Voces con carácter y propuestas para todos los sentidos
El cartel incluye propuestas como Sancho & Swing, que combina música, swing y memoria popular, y Otra Ronda, un homenaje a la figura de Mauricio Aznar y el legado de Más Birras. A ellos se suma B Vocal con su espectáculo Vocalocuras, una hilarante y virtuosa puesta en escena que repasa la historia de la música a cappella.
Arte para todos, en el corazón del territorio
En pequeñas localidades, donde la cultura no siempre tiene una presencia estable, esta iniciativa reivindica el poder de la música como herramienta de cohesión social. La entrada gratuita a los conciertos subraya su vocación integradora, permitiendo que vecinos, visitantes y turistas disfruten juntos de momentos irrepetibles.
Así, en cada rincón donde suenan las notas, se construye comunidad. Y entre las aguas termales, las montañas y los acordes, Zaragoza demuestra que tiene mucho que ofrecer al mundo.